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viernes, 15 de noviembre de 2013

Mis confesiones con el inglés



A veces se nos hace complicado saber si somos competentes en todas las lenguas que conocemos. Así que tras pensar un buen rato en esto, creo que soy capaz de ser competente en todos los ámbitos de mi vida en dos idiomas, el euskera y el castellano.

Aunque sé gallego y aprobé la certificación del CELGA 4, sé que hoy en día me falta vocabulario y fluidez. Para decir unas palabras me desenvuelvo sin problema, pero si tuviese que dar una clase en gallego, supongo que la tendría que ensayar unas cuantas veces en casa y delante del espejo para verme realmente  segura.

Respecto al catalán, me pararía todo lo contrario. Lo aprendí oyéndolo a mis alumnos y en el trabajo, pero nunca lo escribí, por eso, si tengo que dar una clase en catalán, la daría con algún inconveniente pero con más soltura que en gallego. Está claro que si un idioma lo aprender mediante el oído, es mucho más fácil de hablarlo que si lo aprendes por el medio escrito, como me pasó a mí con el gallego.

Es curioso el bloqueo que siento a la hora de decir algo en inglés. Es como si mis neuronas se negasen a hacer lo que haces con el resto de los idiomas, que es escuchar e interpretar lo que dicen. Cuando alguien me habla en inglés solo soy capaz de pensar... a ver qué me dice este ahora, que seguro que no le entiendo nada... y claro, ¿qué ocurre? pues que en vez de pensar en lo que me dicen, yo estoy pensando en que no entiendo lo que me van a decir... ¿será ése el problema de la mayoría de los españoles? Es posible, pero yo por si acaso ya voy a mis clases de inglés tres veces por semana.


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